¿Por
qué no empezar con una presentación? Seguramente sabes ya mucho sobre
ella pero, a lo mejor, merece la pena refrescar un poco la memoria... ALBERTA GIMÉNEZ (actualmente Venerable y en proceso de beatificación) Nació en Pollensa (Mallorca) el 6 de agosto de 1837. Fue esposa y madre de cuatro hijos. Tras el fallecimiento de éstos, aceptó la invitación que le hizo el Obispo Salvá y el Alcalde de Palma para asumir la dirección del Colegio de la Pureza, fundado por el Obispo Nadal en 1809 y en esos momentos totalmente en decadencia. Entró en el Colegio de la Pureza el 23 de abril de 1870. Su presencia y su pedagogía transformaron el ambiente de tal modo que, en 1872, la Diputación Provincial instaló en el Colegio la primera Escuela Normal de Maestras de Baleares. Alberta fue su Rectora durante 40 años. En 1874, aquel grupo de Maestras decidió formar Comunidad religiosa. Recibió la aprobación diocesana en 1892 y la aprobación pontificia el 10 de mayo de 1901. Debido a la falta de salud, renunció a su cargo de Superiora general el 16 de agosto de 1916. Falleció el 21 de diciembre de 1922, a los 85 años de edad, en la Casa Madre de Palma de Mallorca. Ya entonces, su obra estaba extendida por Mallorca, Valencia y Tenerife. El 22 de marzo de 1986, Juan Pablo II la declaró Venerable por sus virtudes heroicas. En la actualidad, el Instituto se extiende por tres continentes, con Colegios y Obras Sociales. En España (Mallorca, Valencia, Tenerife, Barcelona, Madrid, Bilbao y Granada), en Roma; en América (Nicaragua, Colombia, Venezuela y Panamá) y en África tiene escuelas y hospitales en las misiones de la República Democrática del Congo y Camerún. Con su sencillez y característico equilibrio, vivió cada etapa de su vida con una gran confianza en el Señor y en María. Hoy es para todos un ejemplo de esposa, madre, maestra y religiosa. |
NOVENA DE M. ALBERTA "Señor y Dios nuestro, que nos diste a Madre Alberta como ejemplo de amor y servicio a la Iglesia, dígnate enaltecerla con la gloria de los santos, y concédeme por su intercesión, la gracia que confiadamente te pido. Amén." Padre Nuestro, Ave María y Gloria. Agradecemos mucho todas las gracias alcanzadas que nos comunican. Nos ayudan al proceso de beatificación. "Haced, Dios mío, que no desee ni busque nunca más que serviros en la forma que Vos queráis." (M. Alberta)
Si quieres seguir leyendo sobre su vida, te recomiendo la siguiente página:
http://es.catholic.net/imprimir/index.phtml?ts=13&ca=147&te=727&id=17144 |
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domingo, 24 de marzo de 2013
2) Un par de palabras sobre la cumpleañera
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